miércoles, 5 de septiembre de 2007

Una lección para nunca olvidar

El secreto de la vida está
en aprender a servir.

Dos monjes budistas caminaban
juntos hacia el monasterio.
De pronto se encontraron,
ante un torrente de aguas turbulentas
y crecidas a causa de las torrenciales lluvias.
Junto al torrente, y sin atreverse a cruzarlo,
se encontraba una joven que
se dirigía hacia el pueblo cercano.
Uno de los monjes la miró con cierta suficiencia
y se dispuso a vadear el torrente.
El segundo, más amable y compasivo,
tomó a la joven en brazos,
y se introdujo en la peligrosa corriente.
En el centro del torrente,
donde las aguas eran más impetuosas,
la joven tuvo que rodear al monje por su cuello
para no ser arrastrada por la corriente.
Al llegar a la orilla, dejó a la joven en el suelo.
Se hicieron una profunda reverencia,
la joven le ofreció una tímida sonrisa
y se alejó presurosa.
Los dos monjes siguieron el camino
hasta el monasterio.
Después de un largo silencio,
y sin poder contenerse por más tiempo,
el primer monje recriminó a su compañero:
-¡Creo que has hecho muy mal en llevar
en brazos a aquella joven!
¡Eso es contrario a nuestras costumbres
y a nuestras tradiciones!
El otro monje le replicó:
-¿Cómo? ¿Todavía la llevas a cuestas?
¡Yo ya la dejé a la orilla del torrente!

Ilustración: Monjes budistas descansando en el templo Preah Khan. Angkor, Camboya.
Foto original del Fotodiario viajero de Pilar y Sergio 2006.

10 comentarios:

Acerina dijo...

Ya lo había leído y me sigue impresionando como la primera vez... Definitivamente, Dios escribe derecho sobre líneas torcidas...

Lo que quiero decir es que, justamente, estaba reflexionando como "el apego", el "no-soltar", me ha traído tanto dolor... Me lo he causado yo misma, en realidad... Yo pensando en eso y entro acá y te leo...

Amiguita, de verdad que tú tienes alguna conexión-psíquica conmigo o algo así, jeje

Dios te Bendiga!!!!

Ricardo J. Román dijo...

Bellísimo. Muy alentadoras palabras.

Besos!

Sandra Figueroa dijo...

Siempre me dejas relexionando con tus escritos. Muy lindo. Cuidese mucho. Besos.

Trini Reina dijo...

La maldad est� en la mente de algunos y la bondad en el coraz�n de otros...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Que bello cuento, angélica. PAso a saludar rapidito que tengo q deshacer las maletas. Ya he regresado.

besitos de upsalita

Anónimo dijo...

por cierto, en mi blog te he dejado una fotico que he sacado en la andanza. ;)

Fernando dijo...

Servir sin preguntar y esperar algo a cambio.

Saludos y un abrazote!

Ricardo J. Román dijo...

Angie, he dejado algo para ti en mi blog. Besos.

Mónica dijo...

Angélica, me ha encantado. Muy buen final y aleccionador.
Te mando un beso, como siempre tus textos son excelentes.
Nos vemos. Bsss.

Keyly dijo...

Chama que lindo esto!!..De veras que lección!!..
Quiero dejar muchas cosas en la orilla del río...Confío en mi Dios eterno!!..
Gracias ami por tus sabios post!!...Tqm!!
Dtb!!
Sigo la ruta...=)