En esta semana Dios mediante, voy a ir publicando temas referentes al Adviento, camino de preparación hacia la Navidad, explicaré los símbolos, el origen de varios personajes, oraciones, entre otros datos. Espero disfruten de la estadía en este blog, de las próximas publicaciones y de este tiempo de Adviento; con la esperanza de que sea un tiempo de verdadera preparación para el gran acontecimiento "El Nacimiento del Niño Jesús", el Redentor.
Feliz semana para tod@s.
Infinitas bendiciones.
Se les quiere.
Infinitas bendiciones.
Se les quiere.
I Domingo de Adviento.
El tiempo de Adviento, que iniciamos hoy, nos prepara espiritualmente, como personas y como comunidad, a celebrar el nacimiento de Jesús en Navidad. La espiritualidad del Adviento nace y se alimenta sobre todo de este misterio, creando un clima de gozosa esperanza. Nos centra en la primera venida de Jesús, en Navidad; el recuerdo de esta primera venida, nos dispone a vivir el tiempo de espera de la segunda venida con el mismo gozo y con la misma expectación.
Orígenes del Adviento.
Igual que existía un tiempo de preparación a la Pascua, surgió la idea de destinar un tiempo de preparación al Nacimiento de Jesús y de su manifestación al mundo como Salvador.
La palabra Adviento trae su su origen del término latino adventus, que significa "venida" o "advenimiento". Desde el principio el Adviento es considerado como un tiempo de "espera". Según los escritos del Nuevo Testamento, el gran tiempo de espera para los cristianos de los primeros siglos era la "espera" de la vuelta gloriosa del Señor al fin de los tiempos. Esta espera llegó a crear ansiedad en las primeras comunidades cristianas. Las dos primeras cartas de San Pablo están destinadas a calmar los espíritus y a explicar el verdadero sentido de la esperanza cristiana: "Ustedes saben muy bien que el día del regreso del Señor llegará cuando menos se espere, como un ladrón que llega en la noche... Pero ustedes hermanos no están en la oscuridad, para que el día del regreso del Señor los sorprenda como un ladrón" (1 Tes 5,2.4). Este aspecto de espera del "Día del Señor" se incorporará también a la celebración del Adviento.
El primer dato que se tiene sobre el Adviento es de San Hilario y se remonta al año 360 de la era cristiana. Habla de un período de tres semanas, que empezarían el día 16 de diciembre y terminaría el día 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor. El Adviento surge inicialmente relacionado con la venida del Hijo de Dios en Navidad.
A finales del Siglo V se empieza a perfilar el Adviento como un período de cuarenta días, que daba comienzo el día 15 de noviembre, fiesta de San Martín, y se prolongaba hasta el día de Navidad. San Gregorio Magno es quien establece la duración de cuatro semanas; en la actualidad, su duración es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. En los siglos siguientes se afianza el Adviento como "tiempo de espera": Espera del Señor en su venida histórica en Navidad, y espera de la venida gloriosa del Señor al final de los tiempos.
Corona de Adviento.
La Corona o guirnalda de Adviento se prepara un mes antes de Navidad. Se hace con ramas de pino; en ella se colocan cuatro velas, una por cada domingo de Adviento, pueden ser rojas, de colores, también pueden ser tres moradas y una rosada, o de los colores de su preferencia y se coloca en la mesa. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
Cada domingo u otro día de la semana, la familia, el grupo o la comunidad pueden reunirse para encender una vela y rezar juntos una oración hasta completar así las cuatro semanas. Se puede leer la Biblia y hacer alguna meditación, se hacen cánticos alusivos a la espera del nacimiento del Salvador. Las velas simbolizan nuestra fe y nuestra alegría por el Niño Dios que viene. La forma circular es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe terminar. Las ramas de pino verde simbolizan la esperanza y la vida y las cintas o listones de colores, representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. La corona de Adviento es adorno pero también es súplica y señal de esperanza y vida.
A medida que pasan las semanas del Adviento y se van encendiendo las velas, va aumentando la intensidad de nuestra esperanza y la confianza puesta en el Señor. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote, y al llegar la Navidad se completa con la imagen del Niño Jesús.
Oración para el momento de encender la vela.
Guía: Esta luz (se enciende la vela) simboliza nuestra espera y nuestro deseo de estar atentos a la venida del Señor.
Todos: Jesús, tú nos enseñaste que allí donde dos o más estamos reunidos en tu nombre, tú estás con nosotros. Nosotros estamos reunidos en tu nombre y esperamos tu venida. Bienvenido Jesús a nuestra casa, nuestra parroquia, nuestro país y a nuestros corazones. Jesús, danos a todos paz, hermandad, alegría y solidaridad. Amén.
Padre Nuestro.
Estas son imágenes de la Corona de Adviento
que elaboré para mi casa este año.
que elaboré para mi casa este año.