Introducción:En el año 1830, en la Casa Madre de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, que está situada en París, una novicia llamada Catalina Labouré fue visitada tres veces por la Virgen María con el fin de anunciarle los duros momentos que viviría la Iglesia Católica en aquellos años y hacerle el pedido de mandar a acuñar una medalla con su imagen, como símbolo de su amor maternal y de las gracias que derramaría sobre quienes la llevaran consigo con fe verdadera. A lo largo e los años, la Virgen de los rayos de luz entre sus manos fue llamada la Virgen de la Medalla Milagrosa, en honor a las gracias que la gente recibía por llevarla puesta sobre su pecho. Santa Catalina Labouré fue la mensajera de la Virgen a lo largo de su vida y gracias a sus escritos hoy pueden conocerse cómo fueron estos encuentros con María Nuestra Madre Celestial.
Un poco de historia. Apariciones de la Virgen:
La Santísima Virgen María se le apareció en la noche del 18 al 19 de julio de 1830, a la religiosa Sor Catalina Labouré, en el convento de las Hermanas de la Caridad, Rue du Bac (París, Francia).
El ángel guardián de Catalina, bajo la apariencia de un niño. La despertó y le dijo: “Ven a la capilla", donde estaban encendidas todas las velas y las luces. Catalina se arrodilló y rezó.
Poco tiempo más tarde el ángel le dijo: “¡He aquí la Santísima Virgen!” Nuestra Señora entró en la capilla, se arrodilló delante del Santísimo y se sentó. Catalina escribió mucho más tarde: “Inmediatamente yo estaba arrodillada delante de ella, con las manos juntadas sobre las rodillas de Nuestra Señora. Este fue el momento más bello de mi vida”.
Durante dos horas Nuestra Señora habló con Catalina sobre la misión que Dios quiso encomendarle, habló también sobre las dificultades que surgirían. Después de esto, Nuestra Señora desapareció como una luz que se apaga lentamente. El ángel devolvió Catalina al dormitorio.
La segunda aparición tuvo lugar el día 27 de noviembre de 1830 durante la meditación a las cinco y media de la tarde, la Santísima Virgen apareció en una luz resplandeciente. Estaba vestida totalmente de blanco y un manto azul cielo caía desde su cabeza hasta sus pies. Éstos se apoyaban en un globo, y sobre él aplastaban a la serpiente vencida, símbolo del mal. Las manos de María sostenían un globo de oro rematado con una cruz. La actitud de la Virgen era la de ofrecer al Padre el globo que representaba, según su decir, a cada hombre, a cada nación, al mundo entero, para pedirle bendición y protección. Inmediatamente la oferta fue aceptada.
Pasaron pocos instantes y de las manos de la Virgen surgieron anillos maravillosos que cubrieron sus dedos delicados, ornados de piedras preciosísimas, de las cuales salían rayos que se hacían más anchos hacia abajo, que caían como bendición sobre el globo terráqueo. Entonces la Virgen dijo: "Estos rayos son símbolos de las gracias que yo distribuyo a las personas que me las piden". Sus ojos dirigieron una mirada dulce a la Tierra. De algunos anillos no salían rayos; estos representan los favores que la Virgen no concede porque no se los pedimos. En ese instante, un gran lienzo en forma oval rodeó a la Virgen. En él formando un semicírculo, uniendo una y otra mano extendidas, y aureolando su cabeza, apareció la siguiente inscripción: "¡Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!"
Dando vuelta a la imagen, como sobre un anverso, estampados en el mismo lienzo, Catalina vio una gran M y coronándola, una cruz que, apoyada en una barra, se sostenía en dicha M. Debajo, bien claros, aparecían dos corazones; una corona de espinas circundaba uno, este era el Sagrado corazón de Jesús. Junto a él, otro corazón, atravesado por una espada; éste era el Inmaculado Corazón de María.
La medalla se llama milagrosa por las conversiones, curaciones y favores recibidos por aquellos que llevaban la medalla como señal de devoción a la Inmaculada Concepción. Estos favores conseguidos ayudaron a muchísimo para que el Papa Pío IX promulgara en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Mensaje:La Virgen dijo a Catalina: "Manda hacer una medalla según este modelo. Las personas que lleven la medalla pendiente del cuello recibirán gracias grandes. Las gracias serán abundantes para los que la lleven con confianza".
Única medalla traída del cielo:Las medallas tienen su origen en la devoción o en la imaginación de personas devotas. En cambio la MEDALLA MILAGROSA fue ideada y mandada hacer, con todos sus detalles en las dos caras, por la Virgen María.
El Nombre de Milagrosa:El nombre de Medalla Milagrosa se lo puso el pueblo sencillo por los milagros que hace en los cuerpos y en las almas. Y canta así: "Llevemos, hermanos, la santa medalla que cura los cuerpos y salva las almas". La práctica enseña que basta llevarla en el bolsillo, en la cartera, cosida, debajo de la almohada, etc. Y se aconseja rezar alguna vez su oración: ¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!. Se le puede pedir por toda clase de problemas espirituales y materiales.
La propaganda de la medalla:Al recibir la primera medalla, Santa Catalina exclamó: ¡Ahora a propagarla! A finales del siglo XIX se habían repartido más de mil millones de medallas. En Venezuela, para ese entonces la llevaban millón y medio de personas. Cada año visitaban el lugar de las Apariciones en París más de 900 mil peregrinos. En cuatro años ya habían comunicado más de 200 personas favores recibidos, y seguían repartiendo gratis al pormenor la Medalla.
Significado de la Medalla milagrosa:Miremos la Medalla y busquemos en ella el mensaje de amor que María, nuestra Madre ha querido dejarnos.
El anverso: La Virgen quiere ser conocida y venerada tal cual se presenta en la Medalla: Con los brazos abiertos, porque es así como está siempre la Madre, esperando la vuelta de sus hijos. En medio de las tinieblas que nos rodean, Ella sigue protegiéndonos con sus luces y con sus gracias; nos enseña que ha vencido el mal aplastando con sus pies al símbolo del mal, la serpiente, y ello a la vez es un símbolo de esperanza, porque nosotros podremos vencer el mal con la gracia que por su maternal mediación no nos faltará.
El reverso: Es una síntesis de nuestra doctrina, cuyo centro es Jesús; nos muestra a María como corredentora junto a su Hijo. La cruz representa a Cristo, es el altar sagrado donde se inmoló por obediencia y amor; la cruz es la bandera gloriosa del gran Rey de los tiempos y de la eternidad y, a la vez, una señal de contradicción. Es la columna sobre la que descansa el pensamiento y el corazón de los pueblos que desean ser fuertes y grandes. La cruz descansa y se apoya sobre la M. La letra M simboliza a María, la Madre: de ella nació el Salvador cuya sangre fue la sangre de nuestra redención. El Hijo se apoya en su Madre.
Debajo de la letra M están los sagrados corazones de Jesús y de María. El de Jesús, r
odeado de espinas por las ingratitudes de los hombres; el de María, atravesado por la espada de dolor de la que le había hablado el anciano Simeón. El corazón, para todos los hombres de todos los tiempos, es el símbolo del amor. El amor nos creó, el amor nos ofrece la redención y nos tiene preparado el cielo.
Las doce estrellas que rodean este símbolo son los privilegios de María; las glorias sin fin de las que es Reina y Madre de todo lo creado.
En resumen se puede decir que: El globo bajo los pies de la Virgen representa a cada persona sobre la Tierra, pisada por María se encuentra la serpiente, la cual representa a Satanás y al pecado. En el reverso la Cruz representa a Jesús. La letra M representa a María. Los dos corazones, el amor de Jesús y María por nosotros. Las doce estrellas, el poder de la Virgen suplicante.
Oración a la Virgen MilagrosaOh poderosa Virgen María, que
quisiste aparecer a Santa Catalina
Labouré como mediadora entre
Dios y los hombres, escucha mi
súplica. Deposito en tus manos
maternales todas mis
preocupaciones materiales y
espirituales. Te confío las
gracias... que le pido a tu Divino
Hijo por tu intercesión. Te suplico
humildemente que le hables de mi
y le digas que me escuche, si
estas peticiones que hago son
conforme a su voluntad y sirven
para mi bien. Amén.
MagnificatProclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas
las generaciones porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos,
enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de la misericordia
como la había prometido a nuestros
padres, en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre
Gloria al Padre y al Hijo
y al Espíritu Santo. Como era
en principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Ave MaríaDios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte.
Amén.
A mi tierna Madre Milagrosa¿Sabes que eres hermosa?
¡No se si lo sepas!
Dulce estrella esplendorosa.
Inmaculada, carita tierna,
en tu vientre el Salvador Naciente.
Oh dulce azucena, luz del alba
grandiosa como el Sol,
tierna como la Luna.
Bella como ninguna
pues el Señor te dio el don de
ser la Madre del Redentor.
A.M.Z.P27/11/07Bendiciones infinitas. Que la Santísima Virgen Milagrosa me l@s colme de infinitas bendiciones hoy, mañana y siempre.Se les quiere.Pd: Hoy hago este paréntesis en las publicaciones del tema "Superar momentos difíciles", ya que hoy 27 de Noviembre es día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, de la cual soy devota, a la que le debo tanto y por esa razón adorna con su magistral belleza cada uno de mis blogs. La última imagen es una fotografía de la imagen de la Virgen Milagrosa que se venera en la capilla del colegio en donde estudié toda mi primaria y bachillerato; las demás han sido tomadas de la web.