
podemos alcanzar el objetivo planteado.
Hoy es mi cumpleaños número 33, la edad en que murió Cristo como dicen muchos, y al pensar en ambos sucesos me vienen a la mente muchas cosas... entre ellas el don de la vida, la salud, los dones que nos otorga el Espíritu Santo, los materiales (que vienen por añadidura) entre otros tantos...
Me vienen igualmente a la mente las enseñanzas de mi familia, a la que les doy infinitas gracias; a mis padres y padrinos, a mi tía y mis abuelos que aunque no están ya conmigo sé que desde arriba me cuidan mucho. Son muchas las cosas que uno aprende en esta vida y a la vez tan pocas, recuerdo las palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) , "Buscar a Dios en la vida ordinaria", "Santificar el trabajo"; es decir, hacernos santos a través de nuestro trabajo, estudio o cualquier actividad que hagamos diariamente. En tal sentido les dejo un escrito de Gabriela Mistral en donde plantea el don del servicio; indiscutiblemente vinimos a este mundo a cumplir una misión y la primordial a mi parecer es el de servir y no ser servidos.
"Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que apartó la piedra del camino, el odio de los corazones, y las dificultades del problema.
Hay alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa alegría de servir. !Qué triste sería el mundo si en él todo estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender... Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: Adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica; ése es el que destruye. Tú sé el que sirve. El servir no es tarea de seres inferiores. Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamarse así: EL QUE SIRVE. Y tiene ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy?
¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?"
Me vienen igualmente a la mente las enseñanzas de mi familia, a la que les doy infinitas gracias; a mis padres y padrinos, a mi tía y mis abuelos que aunque no están ya conmigo sé que desde arriba me cuidan mucho. Son muchas las cosas que uno aprende en esta vida y a la vez tan pocas, recuerdo las palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) , "Buscar a Dios en la vida ordinaria", "Santificar el trabajo"; es decir, hacernos santos a través de nuestro trabajo, estudio o cualquier actividad que hagamos diariamente. En tal sentido les dejo un escrito de Gabriela Mistral en donde plantea el don del servicio; indiscutiblemente vinimos a este mundo a cumplir una misión y la primordial a mi parecer es el de servir y no ser servidos.
"Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que apartó la piedra del camino, el odio de los corazones, y las dificultades del problema.
Hay alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa alegría de servir. !Qué triste sería el mundo si en él todo estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender... Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: Adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica; ése es el que destruye. Tú sé el que sirve. El servir no es tarea de seres inferiores. Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamarse así: EL QUE SIRVE. Y tiene ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy?
¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?"