No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere tú, lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios de su Providencia.
Poco importa que te consideres fracasado/a, si Dios te considera plenamente realizado/a a su gusto. Piérdete confiado/a ciegamente en ese Dios que te quiere para sí y que llegará a ti, aunque no lo veas. Piensa que estás en sus manos, tanto más fuertemente protegido/a, cuánto más decaído/a y triste te sientas.
Vive feliz, vive en paz, que nada te altere, que nada sea capaz de quitarte tu paz, ni la fatiga, ni tus fallos. Haz que brote y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor, continuamente te dirige. Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada todo aquello que te llene de la paz de Dios. Adora y confía.
Padre Teilhard de Cbardin
Adaptación: Angélica
Feliz fin de semana!!!
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