domingo, 18 de junio de 2017

El verdadero Padre.

No hagamos el camino fácil a los hijos porque un camino con dificultades les hace superarse y crecer cada día.







Papá, me brindaste ternura y calor
cuando aún era una niña;
comprensión y estímulo
en la etapa de mi adolescencia;
protección y amor en todo momento.
A tu lado comprendí que
la autoridad de un padre no está
en la fuerza de la mano que humilla,
sino en el diálogo convincente.
Tu ejemplo me enseñó que más
logra una palabra de cariño
que un gesto autoritario.
Supiste comprender mi rebeldía
y, ante mi inseguridad,
me ofreciste la paciencia
de una espera que pronto
significaría un nuevo camino.
Te ganaste mi confianza
con la prudencia de tu trato
y la capacidad de tu buen consejo.
Mi admiración hacia ti y mi respeto,
ahora que tus fuerzas declinan.


.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

domingo, 14 de mayo de 2017

Ser Madre y ser Hijo.

Una vez le preguntaron 
a una madre, 
con varios hijos, 
que cuál era su preferido, 
a lo que ella contestó. 

"Al hijo que más prefiero 
es al más pequeño 
hasta que crezca; 

al que está lejos, 
hasta que vuelva; 

al que está enfermo, 
hasta que la salud le retorna; 

al que pasa por dificultades, 
hasta que las supera; 

al que está preso, 
hasta que vuelve 
a mis brazos..." 

Madre...
Hijo... 
dos realidades que, 
cuando encajan bien, 
forman una sola historia. 
Dos realidades de amor 
que, al estar juntas, 
nos hablan 
de caminos que recorremos 
con verdadero deleite. 

Dios bendiga 
a las Madres en su día; 
especialmente a las 
VENEZOLANAS, 
y entre ellas 
está la mía...  

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

miércoles, 15 de febrero de 2017

No confundas crítica con negatividad.

En cierta ocasión, un brahmán celoso fue a ver a un sabio y, comenzó a hacerle críticas negativas. El sabio lo escuchaba pacientemente, sin alterarse ni responder a los reiterados insultos que el brahmán le dirigía. 

Después de un buen rato, el brahmán se cansó de sus ataques verbales y se calló. Entonces el sabio le preguntó: -¿Has terminado ya? -Sí- respondió el brahmán. -¿Recibes visitas en tu casa? -le preguntó el sabio. -Sí a menudo- contestó el hombre intrigado. -Y, ¿le ofreces a tus visitantes comida y bebida? -indagó el sabio. -¡Desde luego! Esa es la costumbre -contestó el brahmán. -Y si la visita no las quiere, ¿qué haces? -No me importa. La como y la bebo yo mismo -dijo el brahmán. Entonces el sabio le dijo al brahmán: -Eso mismo puedes hacer con tus críticas. Has sido muy amable al invitarme a tus críticas, pero yo no las quiero. No quiero compartirlas contigo. El brahmán, avergonzado, no supo qué decir. (Cuento Zen) 

Reflexión: 

Hacer crítica negativa de todo y de todos es muy fácil, pero no arregla nada. No seas de esas personas que solo ven la cara mala de las cosas. Esfuérzate, porque "madurar y crecer" como persona siempre exige esfuerzo. Si quieres estrenar cada día lo mejor que hay en lo profundo de tu ser, aplícate lo que esta parábola te ha enseñado, sé de esas personas -que son muchas- que se proponen cada mañana ver solo la cara buena de todas las personas y de todos los sucesos que le ocurran. Recuerda ese dicho popular o refrán: no hay mal que por bien no venga. Te irá mucho mejor en tu vida y ayudarás a aquellos con los que convives a ser felices. Pero, ¡ojo!, esto no quiere decir que te dé igual blanco que negro o que todo sea válido, no. 

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

jueves, 2 de febrero de 2017

Virgen de la Candelaria. Madre de la Confianza.


Madre siempre fiel, 
cuando te asaltó la incertidumbre, 
cuando las cosas se te hacían complicadas, 
supiste confiar. 
¡Y cómo confiaste! 
En el momento cumbre de la historia 
con decisión y firmeza 
pronunciaste aquel bienaventurado 
"Hágase", del que viene nuestra salud. 
¡Y siempre lo mantuviste! 
Las desconfianzas de otros, 
los decires de tantos 
nunca te apartaron de la santa confianza. 
Obténme, Santa María de la Confianza, 
el auxilio divino que me permita superar 
las incertidumbres que ahora me acosan, 
y que aprenda a dejarme llevar por tu Hijo, 
nuestro Señor Jesucristo
que es la Luz del Mundo
Que así sea. 
Amén. 

Imagen: Programa 2017 Parroquia Nstra. Sra. de la Candelaria. Valencia. 

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

Un año para cultivar valores. Febrero: Calidad humana.


La calidad de nuestras relaciones constituye 
una gran parte de nuestra calidad de vida. 
Monika Gruhl. 


La calidad humana es directamente proporcional 
al tipo de relación que tenemos 
con todo ser vivo en nuestro planeta, 
empezando por los animales. 
Recordando que todos somos creación de Dios. 
Angélica Zambrano. 
@Angelicamzp974. 


.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

sábado, 14 de enero de 2017

El diploma más importante.

Mientras alguien se preocupe por Dios estará ligado a la paz, al amor y a la alegría. José de Sousa Nobre.  

Los Pérez García eran una familia de esas que se llaman "familia tipo". Papá, mamá, un hijo y una hija. Los papás trabajaban todo el día para que sus hijos tuvieran una buena educación y para poder comprar todos los libros que fueran necesarios. Los obligaban a estudiar inglés y, desde chiquitos, les enseñaron la importancia de tener un título universitario. Por eso, cuando Jorge les dijo que iba a ser médico, dieron un salto de alegría, llamaron a todos los parientes y amigos e hicieron una fiesta. 

Y ni qué decir cuando recibió el diploma de honor. Colocaron una pancarta de felicitación, para que no quedara ningún vecino sin enterarse de que su hijo era un "doctor". 

Todo iba bien hasta que, durante la cena, Jorge les contó lo que iba a hacer. 

- Voy a ser médico sin frontera -dijo muy serio. 
- ¿Médico de frontera? ¿Qué es eso? -preguntaron los papás. 
- Voy a ir a ejercer la medicina en países muy pobres, donde casi no hay médicos; lugares en donde hay guerra y la gente ha sido expulsada de su casa. 

Los padres no salían de su asombro. Sentían que el mundo se les caía encima. Todas las ilusiones de verlo como uno de los médicos más importantes se terminaban. Ellos habían imaginado que su hijo tendría una casa lujosa, hasta con piscina, parrilla y lugar para varios autos en el garaje. Pero ahora, todo eso se hacía humo. 

- ¿Me quieres decir para qué pagué tantos años de inglés y para qué nos esforzamos tanto con tu madre para que tuvieras una buena educación? ¿Me quieres decir para qué estudiaste tanto? ¿Para ir a un lugar peligroso y lejos de casa?, -dijo el padre cuando recuperó el aire. 

-Justamente para eso. Siempre pensé que para hacer una cosa así, había que estar bien preparado, tenía que saber otro idioma y tenía que aprovechar al máximo todo lo que pudiera mientras estaba estudiando. No entiendo cómo me dicen una cosa así. Es cierto, ustedes siempre se preocuparon por mi hermana y por mí. Yo aprendí desde chiquito la importancia de ocuparse de los otros y me di cuenta que tenían razón, que lo más lindo que nos puede pasar en la vida es vivirla ayudando a los demás. ¿Ustedes no fueron felices viviendo para nosotros? Bueno, yo ahora quiero vivir para otros que me necesitan, pero si les parece tan mal, no lo hago, no me gustaría que sufran por mi culpa. 

Los papás de Jorge se levantaron de la mesa y abrazaron a su hijo. En ese momento comprendieron que su hijo tenía algo mucho más valioso que un diploma de honor, tenía un corazón maravilloso y aunque un día quisieron poner una pancarta, ya habían aprendido que no era necesario. 

Adaptación: Angélica M Zambrano P. @Angelicamzp974 
Página oficial de: Médicos sin Frontera


.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

jueves, 12 de enero de 2017

Mi Cristo Roto. ¡¿Quién te partió la cara?!

Cristo Sindónico de Córdoba

Dichosos los que construyen la paz, porque Dios los llamará sus hijos. Mateo 5,9. 

Cristo, yo había oído muchas veces esta amenaza en labios trémulos por el odio:

“¡MIRA QUE TE PARTO LA CARA!” Y siempre pensé que todo suele quedar en un puñetazo, un bofetón, una cuchillada en la mejilla. Sólo en Ti se ha cumplido literalmente la brutal amenaza, te han partido la cara de un solo tajo.

Yo se la hubiera restaurado, pero Él me lo prohibió. Por eso me dedico en un juego de fantasía y cariño, a restaurársela idealmente, colocando sobre su cabeza sin facciones, las caras que para mi Cristo, ha soñado el arte universal. Consumo en este juego, museos, colecciones, galerías, catedrales, pinacotecas. Todo va pasando por el tajo de su cara en un desfile lento, y me siento Velázquez o Juan de Meza, con un patetismo barroco, o Montañés con olímpica belleza, o Leonardo, de infinita tristeza.

Pero desde hace unos días, he tenido que renunciar también al consuelo de este juego, ¡el Cristo roto es terrible en su exigencia!, no concibe treguas, y me lo ha prohibido también. Yo creí al principio que le gustaba, al menos lo toleraba silencioso, hasta que un día me interrumpió severamente:

- ¡BASTA! No me pongas ya más caras, he tolerado tu juego demasiado tiempo. ¿No acabas de comprenderlo? No me pongas más esas caras que pides de limosna, al arte de los hombres. ¡Quiero estar así, sin cara! Prometiste que jamás me restaurarías… a no ser, que quieras ensayar otro juego, ponerme otras caras. Esas… sí las aceptaré.

- ¿Cuáles Señor? Te las pondré enseguida. Dime qué caras y te las pongo.

- Temo que no lo entiendas, incluso que te escandalices como los fariseos... Me refiero a otros rostros, pero reales, no fingidos como los que inventabas, y que son también míos, como el que me cortaron de un tajo.

- Ahh, ya creo adivinar Señor, te refieres a las caras de los santos, de los apóstoles, de los mártires…

- Esas caras en verdad, son mías. Nadie me las niega ni me las regatea. Pero yo quiero otras, las reclamo, muy pocos se atreverían a ponérselas, Yo sí.

Hizo un descanso, como para tomar fuerzas. Respiró profundamente. Yo estaba asustado, tenía miedo, pero no había remedio. Entonces me dijo:

- Oye, ¿No tienes por ahí un retrato de tu enemigo? De ese que te tiene envidia y que no te deja vivir; del que interpreta mal por sistema todas tus cosas, del que siempre va hablando mal de ti, del que te arruinó, del que dio malos y decisivos informes sobre ti, del traidor que te puso una zancadilla, del que logró echarte del puesto que tenías, del que te denunció, del que te metió en la cárcel...

- Cristo, ¡no sigas!

- Es demasiado, ¿Verdad?

- Es inhumano, es absurdo…

- ¿Te has fijado bien en la cara de los leprosos, de los anormales, de los idiotizados, de los mendigos sucios, de los imbéciles, de los locos...?

- ¿Y...? ¿Y me vas a decir Cristo, que esas caras son tuyas y… y que te las ponga? No, no, imposible.

- ¡Espera! no acabo aún... Toma bien nota de esta última lista y no olvides ningún rostro: Tienes que ponerme la cara del blasfemo, del suicida, del degenerado, del ladrón, del borracho, del asesino, del criminal, del traidor, del vicioso. ¿No has oído?

¡Necesito que pongas todos esos rostros sobre el mío!

- …No, no Señor… -contesté— ¡No entiendo nada! ¿Todos esos rostros miserables y corruptos sobre el tuyo, sagrado y divino?

- ¡Sí, así lo quiero! ¿No ves que todos ellos pertenecen a esta pobre humanidad doliente creada por mi padre? ¿No te das cuenta que yo he dado la vida por todos?

Quizá ahora comprendas lo que fue la Redención.

Escucha: Yo, como hijo de Dios, me hice responsable voluntariamente de todos los errores y pecados de la humanidad. Todo pesaba sobre Mí, mi Padre se asomó desde el cielo para verme en la cruz y contemplarse en Mi rostro, clavó sus ojos en Mí y su pasmo fue infinito. Sobre mi rostro, vio sobrepuesta sucesiva y vertiginosamente las caras de todos los hombres. Desde el cielo, durante aquellas tres horas terribles de mi agonía en la cruz, contemplaba el desfile trágico de la humanidad vencida, mientras tanto Yo le decía:

“¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!” No era Yo sólo quien moría en la cruz, eran miles y miles de dolientes seres humanos, derrotados muchos por sus propias pasiones, por sus errores, por sus pecados. El desfile era terrible, repugnante, grosero. Mi Padre vio pasar sobre mi rostro la cara del soberbio; la del sectario, imaginando la destrucción de Dios, la del asesino frío y desalmado...

Había labios repugnantes, ojeras hundidas marcadas con fuego de lujuria, alientos insoportables de ebriedad, palidez de madrugadas encenagadas en el vicio, sórdidos rictus de amargura y desesperación, turbadoras miradas de perversión y delito, de subterráneas anormalidades inconfesables y oscuras. Toda la derrota y las lacras de una humanidad irredenta, la agonía, la muerte. Y mi Padre… Dios, las amó a todas y perdonó sus pecados”.

Mi Cristo calló, qué pobre y ridículo me pareció el arte de los hombres y qué profundo e insondable el amor de Dios. Y desde entonces, enmudeció. No volvió a hablarme más.

No olvidemos nunca esta suprema y difícil lección. No olvidemos nunca la superficie lisa del rostro de mi Cristo, tajado verticalmente. Podríamos compararlo con un portarretrato vacío. En él se nos ofrece la oportunidad de colocar la cara de aquél o aquellos que nos han hecho daño o que odiamos profundamente, haciéndonos más daño a nosotros mismos que a quien es objeto de nuestro rencor.

¡Sí…, sí, seamos valientes! Recordemos el rostro que mayor odio y antipatía nos produzca, acerquémoslo a Cristo, aunque sintamos temblar nuestro pulso. Coloquémoslo sobre el suyo e imaginemos que nuestro enemigo, ese ser que odiamos, ocupa su lugar en la cruz. Cerremos los ojos, acerquémonos al crucificado y besemos reverentes y humildes su figura.

Al besar un Cristo, con el rostro de nuestro enemigo, nos envolverá una voz cálida y musical, paternal y bondadosa. Aquélla que hace muchos siglos nos dejara la más grande y maravillosa herencia que hombre alguno pueda tener, encerrada en sólo seis sencillas palabras:
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“Amaos los unos a los otros”... 

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

martes, 10 de enero de 2017

Mi Cristo Roto. Se ha perdido una Cruz.

Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida. Marco Aurelio. 

¡Atención! Se ha perdido una cruz y no se da con ella, es la de mi Cristo roto. ¿Alguno de vosotros, ha encontrado una cruz? ¿Queréis las señas? ¿El tamaño? No es muy grande, pero es una cruz y no hay cruz pequeña, además es una cruz para Cristo y entonces no hay modo de medirla, con estas señas basta porque en definitiva todas las cruces son iguales.

Perdonad pues mi insistencia, ¿Quién de nosotros no ha encontrado una cruz? Mejor dicho: ¿Quién no tiene una cruz? Es un derecho de propiedad irrenunciable que se está ejerciendo siempre, todos la llevamos. La llevamos encima, a cuestas, aunque no se nos vea, aunque sonriamos.

A veces por oculta, es más pesada. Esta noche al acostarnos, no podremos dejarla colgada en la percha, al levantarnos mañana, no será necesario vestírnosla, saltaremos de la cama con ella ya puesta.

¿Que quién ha encontrado una cruz? Todos… todos, buenos y malos, santos y criminales, sanos y enfermos, ni siquiera respeta a los que parecen desafiar el dolor con las carcajadas y juergas de su vida.

Esa pobre mujer, que repintada y aburrida espera sentada a la barra de la cafetería o arrimada a la esquina estratégica, lleva una pavorosa cruz a cuestas, pesa tanto, que se apoya recostándose en la esquina, es una cruz más pesada de lo que sospechamos y el que se acerca a ella buscando el placer, lo hace por huir de otra cruz. Hablan los dos, regatean, prometen, se arreglan al fin y allá van por la calle adelante, con prisa y con la cruz a cuestas, y cuando regresan, cuando ya han tratado de aplacar su hambre de felicidad, sienten defraudados que ha aumentado su cruz, que es mayor. En ella, asco y envilecimiento, en él, desolación.

Toda ciudad en definitiva es un bosque, una selva, una colmena de cruces, ¿Y sabes amigo por qué a veces nuestra cruz resulta intolerable? ¿Sabes por qué llega a convertirse en desesperación y suicidio? Porque entonces nuestra cruz, es una cruz sola, sin Cristo, solamente se puede tolerar cuando lleva un Cristo entre sus brazos.

Una cruz laica, sin sangre ni amor de Dios, es absurda, no tiene sentido, por eso, se me ocurre una idea: Yo tengo un Cristo sin cruz y tú tienes, tal vez, una cruz sin Cristo. Los dos están incompletos. Mi Cristo no descansa, porque le falta su cruz, tú no resistes tu cruz porque te falta Cristo. ¿Por qué no le das esta noche tu cruz vacía al Cristo? Tú tienes una cruz sola, vacía, helada, negra, sin sentido. Te comprendo, sufrir así es irracional y no me explico ¿Cómo has podido tolerarla tanto tiempo? Tienes el remedio en tus manos… anda, dame esa cruz tuya, dámela, te doy en cambio, este Cristo sin reposo y sin cruz. Tómalo, es tuyo, dale tu cruz, toma mi Cristo; júntalos, clávalos, abrázalos y todo habrá cambiado.

Mi Cristo roto descansa en tu cruz, tu cruz se ablanda con mi Cristo en ella. Hemos encontrado una cruz, la nuestra, que resulta ser la de Cristo... 

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.

sábado, 7 de enero de 2017

Mi Cristo Roto. Dios tiene mano izquierda.

"No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús".

La misma tarde que compré mi Cristo, le pregunté al anticuario dónde estaría el brazo derecho. 

- ¡Oh, imposible encontrarlo! –me contestó— Y no crea usted que no revolvimos ya todo el pajar en donde estaba tirada la imagen mutilada. Encontramos, eso sí, la pierna izquierda y se la pegamos pero de la mano derecha ¡Ni rastro!

El anticuario no sabía Señor por dónde andaba tu mano derecha, pero Tú, Tú sí que lo sabes, la estás desclavando continuamente y se te escapa siempre. No, no me extraña que no la tengas, anda por ahí, invisible pero eficaz.

¡¿Quién no siente de vez en cuando, el suave roce de la mano llagada de Cristo?! Esa mano invisible que, sin llamar a la puerta, se mete en todas partes; en el hospital, en el lecho de muerte, en la oficina, en el despacho, en la fábrica, en el cine, en el teatro. Se cuela de puntillas como una ráfaga luminosa y musical. No podemos dar un paso por la vida sin tropezar con la mano de Dios. Pero tú, Cristo mío roto, sólo tienes mano izquierda.

Y me imaginé que decía, después de sentir que mi Cristo sonreía silencioso: “Qué poco y mal me conocéis, ¿Qué sería de vosotros los hombres si yo no tuviera mano izquierda?, La tengo, pero no para evitar que me crucifiquen, sino para conseguir que mi padre no os condene, Yo no uso mi mano izquierda para salvarme de la cruz, sino para salvaros del infierno, ¿Lo comprendes ahora?”

Toda la aventura trágica y divina de nuestra vida, está en dejarnos guiar por las manos de Dios. Pero hay en nosotros un elemento difícil, esquivo, peligroso: la libertad. Y Dios la respeta misteriosamente, infinitamente.

Para conquistarnos dispone Dios de dos manos, la derecha y la izquierda que representan dos técnicas y dos tácticas. La mano derecha es clara, abierta, transparente, luminosa. La mano izquierda busca atajos, da rodeos, es cálculo, diplomacia, no tiene prisa, si es necesario actúa a distancia y finge la voz, pero aunque izquierda no es maquiavélica ni traidora, porque la mueve el amor.

Para cada alma Dios tiene dos manos, pero las emplea de modo distinto porque todas las almas son diferentes. Con la derecha, como a palomas blancas o a ovejas dóciles,

Dios guiaba a Juan Evangelista, a Francisco de Asís, a Juan de la Cruz, a Francisco Javier, a las dos Teresas...

Para conquistar a Pedro, a Pablo, a Magdalena, a Agustín, a Ignacio de Loyola, Dios tuvo que emplear la izquierda. Ante la mano derecha, se rebelan, entonces entra en juego la izquierda, busca un disfraz y se trueca en rayo, en bala, trata de ser freno que nos detenga, quiere alzarnos del barro en que caímos, se nos mete en el pecho para ver si logra ablandar nuestros corazones. Sus recursos son infinitos, hoy la disimula con modernos y actuales disfraces, es el ser más actual...

¡Se rompe una presa que arrastra mis fincas! Tengo un descuido inexplicable en el trabajo, y la máquina me siega un brazo. Íbamos en coche a 100 por hora, nos salió inesperadamente un camión, murieron en el acto mi mujer y un hijo, y quedé solo en la vida. Jamás he tenido una enfermedad, pero me dice el médico que tengo algo incurable...

Ante la mano izquierda de Dios, la primera reacción es un grito de rebeldía y desesperación, olvidamos la presa, el coche, el traidor, la muerte, porque adivinamos que ellos no tienen en definitiva la culpa, presentimos a Dios como responsable de ese dolor, que por ser tan terriblemente profundo, no puede venir de las criaturas y lógicamente nos encaramos a Dios. ¡Le gritamos, le emplazamos, le protestamos, le exigimos, le desafiamos, le condenamos! “¡PADRE…! ¡SI FUERAS PADRE, NO ME TRATARÍAS ASÍ!” Gritamos, protestamos, nos rebelamos y luego… nos quedamos solos.

Y vienen las primeras lágrimas nerviosas y quemantes, y sin darnos cuenta, la primera oración. Volvemos a protestar contra Dios, contra nuestra primera oración... Sucede el cansancio, las lágrimas ya son más serenas, ya rezamos sin protestar, tenemos ganas de besar algo, ¿Qué? Oh sí, eso, ya lo encontramos, un crucifijo, y con un beso le decimos a Dios, que está bien lo que Él disponga...

Terrible, violenta, dura, implacable, pero bendita mano izquierda de Dios. Se formulan absurdas expresiones: “Bendita presa que se rompió, arrasó mi fábrica, pero me acercó a Dios, yo andaba muy lejos de Él”.

Cristo mío roto, te lo digo en nombre mío y de todos, porque todos somos valientes para pedírtelo desde ahora: Señor, si no basta para salvarnos la ternura de tu mano derecha, desclava tu izquierda, disfrázala de lo que quieras: fracaso, calumnia, ruina, accidente, muerte. Cristo, que seamos hijos de tu mano, de tu derecha o de tu izquierda.

A la cabecera de tu cama, amigo, o en tu mesita de noche, tienes un Cristo clavado en la cruz, ¿Por qué esta noche, antes de acostarte, no le besas la mano izquierda? Dios sabrá compensarte ese gesto de valor y resignación cristiana. 

.:*:.Hasta la próxima Ruta, Dios mediante. Bendiciones Infinitas. Paz y Bien..:*:.