
agradecidos porque les han dado la vida.
Dichosos los hijos que viven
en sintonía con sus padres
alegrías y penas, problemas y proyectos.
Dichosos los hijos que dialogan
con sus padres aunque sea difícil
o tengan miedo de no ser comprendidos.
Dichosos los hijos que reconocen
el valor de sus padres y encuentran
ocasiones para expresárselo.
Dichosos los hijos que respetan
a sus padres en cualquier situación
y en cada etapa de la vida.
Dichosos los hijos que dedican tiempo
a sus padres, aún cuando la vida
lleve a cada uno por su camino.
Dichosos los hijos que
de sus padres no exigen solamente
recibir sino que son capaces de dar,
que no piden ser comprendidos
y perdonados, sino que comprenden
y perdonan a la vez.
Dichosos los hijos que frente a los límites
de sus padres, tienen en cuenta
los propios y no se cierran en sí mismos,
sino que buscan juntos razones
para superarlos.
Dichosos los hijos que cuidan de sus padres
en la vejez y en la enfermedad.
Dichosos los hijos que rezan por sus padres
confiándolos a Dios
para que los bendiga y vivan en paz.