Si quieres ser feliz de verdad, vive para tus semejantes. Según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe (Gálatas 6:10).
Servilleta...
¡Qué sencilla eres!
Te toman, te usan, te desechan, y tú no dices nada. Solo tienes un fin... servir.
La diferencia entre tú y nosotros los humanos, es que los hombres no nos debemos desechar unos con otros, aunque a veces tratamos a los demás como servilletas, los usamos y los desechamos, pero la realidad es que hemos nacido para servir.
Para esto fue creado el hombre, para servirle a su semejante. Para dedicar un poco de su tiempo a los demás, para educarlos, ayudarlos y amarlos.
Los hombres tenemos como tarea principal ayudar a nuestros semejantes: "Ama a tu prójimo como a ti mismo...".
Nuestro único anhelo es lograr ser feliz, alcanzar la felicidad, pero no la vamos a conseguir hasta que no descubramos que la única manera de ser feliz es sirviéndole a los demás.
Todos deseamos ser felices. La felicidad la buscamos en el dinero, en el placer, en el poder, en la comodidad y nunca la vamos a encontrar.
Pocas personas buscamos la felicidad en el servicio a los hombres. Pocos la buscan dedicándole tiempo en brindar alegría a otros.
La vida me ha enseñado que la verdadera felicidad está en saber que podemos hacer felices a los demás; que está en brindar apoyo y amistad a la gente sencilla.
¡Servir es maravilloso! Y no necesitas ser sacerdote o religiosa para servir, porque muchos creemos que el servicio es asunto solo de los curas y las monjas.
¡Qué alegría sientes cuando haces el bien a otros!
Qué satisfecho te sientes, cuando has terminado una reunión con amigos, donde tuviste la oportunidad de nutrirlos con tus palabras, con tu alegría, con tu propio estilo de vida.
Qué feliz te sientes después de haber terminado una catequesis con niños, con adultos, donde te distes tal y como eres.
Qué feliz te sientes después de haber enseñado a leer a otra persona.
Te sientes feliz sin haber gastado ni un céntimo.
¿Quieres ser feliz? Se sencillo en tu actuar. Dedica tiempo a los demás. No pienses tanto en el tener, en el poder, ni en las riquezas. Y si deseas ser más feliz... haz feliz a los demás. Muchos poseen tanto y no sienten ni una chispa de alegría...
Otros no poseen nada y no paran de agradecerle a Dios por un nuevo día de vida.